Piquete en Puerto Libertad.
Mañana miércoles 24 a las 8 horas, un grupo de colonos cortará la Ruta 12 a la altura del acceso a Puerto Libertad.
Se realizarán cortes de una hora. Luego, volverán a permitir el paso durante algunos minutos. Durante los cortes, los colonos explicarán el motivo de la protesta a transehúntes y camioneros que queden barados.
La protesta se realiza para solicitar que la firma maderera La Palmina decista de ocupar una serie de lotes en las inmediaciones del Lago Urugua-í.
El hecho que incendió el ánimo de los colonos de Puerto Libertad ocurrió el lunes 15, cuando dos topadoras destruyeron las casas de cinco familias. Ellas habían construídos sus casas con maderas y tenían pequeñas huertas.
Otras 30 familias temen que la misma escena se repita en sus lotes. Además, están preocupadas por las diferentes versiones que surgen de la Gendarmería y la policía local. Les aseguran que tienen sus días contados. Que deben abandonar esos terrenos antes que "el poder" realmente se enrabie con ellos.
Hay un antecedente que los preocupa: el extraño asesinato del colono Gurdiola, uno de las personas que dirigía el acentamiento de 2.000 hectareas en Puerto Iguazú.
Mañana miércoles 24 a las 8 horas, un grupo de colonos cortará la Ruta 12 a la altura del acceso a Puerto Libertad.
Se realizarán cortes de una hora. Luego, volverán a permitir el paso durante algunos minutos. Durante los cortes, los colonos explicarán el motivo de la protesta a transehúntes y camioneros que queden barados.
La protesta se realiza para solicitar que la firma maderera La Palmina decista de ocupar una serie de lotes en las inmediaciones del Lago Urugua-í.
El hecho que incendió el ánimo de los colonos de Puerto Libertad ocurrió el lunes 15, cuando dos topadoras destruyeron las casas de cinco familias. Ellas habían construídos sus casas con maderas y tenían pequeñas huertas.
Otras 30 familias temen que la misma escena se repita en sus lotes. Además, están preocupadas por las diferentes versiones que surgen de la Gendarmería y la policía local. Les aseguran que tienen sus días contados. Que deben abandonar esos terrenos antes que "el poder" realmente se enrabie con ellos.
Hay un antecedente que los preocupa: el extraño asesinato del colono Gurdiola, uno de las personas que dirigía el acentamiento de 2.000 hectareas en Puerto Iguazú.
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